¡Pilotos Deathmatch! «The Sympathizer» y más

Una cosa os tengo que decir de Blue Ridge (USA). Existe un canal llamado Cowboy Way Channel. Así que The Cowboy Channel, el antiguo Family Net y antes aún National Christian Network, parece que tiene algún tipo de competidor. Claro que esta sale del grupo INSP o The Inspirational Network. Quiero decir. Pero bueno, que estos son un canal más centrado en westerns que 13 TV (eh, espera, quizá…) con todo tipo de series y películas. Así que parece que les han convencido de aprovechar para hacer la serie tras el ¿éxito? de la película en la que se basa. Y que si creéis que es una variación entre el misterio -un decir- y la acción -lo de antes- de Walker hecha por la agrupación del pueblo. Y si compararla con Walker y que salga perdiendo ya es malo imaginad si se me hubiera ocurrido hacerlo con, digamos, Justified. En fin, decisiones fueron tomadas y, mira, por lo menos estos le ponen ganas aunque no tengan de nada más.

No sé bien por qué Netflix se avergüenza de su novedad israelí Bros (O) (IS) hasta el punto de no ponerle ni trailer… pero estoy seguro de dos cosas: De que hay una historia detrás. Y de que es mejor que la serie. Porque la serie da exactamente lo que parece, dos señores de mediana edad señoreando. Hasta el punto de que incluye un partido de fútbol como parte del motor de la trama y de que sus aventuras prometen llevarles a lugares poco aconsejables. Lo único que les falta es tener que quedarse con un grupo de niños sin ser ellos nada de esos. Pero aquí han decidido eliminar a los niños, quizá por su idiosincrasia nacional. Total, que una serie que nadie parecía tener muchas ganas ni de hacer ni de emitir ni, desde luego, de promocionar. En fin, Netflix, lo entiendo pero lo comprendo.

El que tiene tablas no se ahoga. He dicho tantas veces esta frase que me parece mentira seguir usándola aún. Pero es que Dinner With the Parents (USA) parece la viva encarnación de la idea y el sentimiento. Porque esta adaptación de Friday Night Dinner -que ya requería de un gusto por cierto tipo de comedia especial- tensa aún más la cuerda con una americanización de los guiones que hace más mal que bien, convirtiendo a los personajes originales en más estúpidos, malévolos e insoportables de los que los originales eran. Que ya es difícil. Por suerte para la serie la persona que se encargó del casting logró a unos magníficos actores –Carol Kane está incomparable haciendo, básicamente, de Carol Kane– que tiran todo lo que pueden de la barca. La barca no tiene mucho hacia donde tirar, pero supongo que a alguien le interesará.

Es curioso cómo a veces uno se encuentra series que parecen hechas por imitación de lo que se hace en otra parte, por ejemplo esta Friends Like Her (NZ) que casi pensaría uno que es inglesa de no ser porque muy obviamente no lo es. Comenzando por el terremoto con el que abre y continuando por otros varios neozelandismos como el negocio de viajes en helicóptero de una de las familias protagonistas. Y, sin embargo, parece creada mirando de reojo… ¡incluso en lo del terremoto del principio! No porque empiece allí y vaya creciendo sino porque parece pensado para agarrar al espectador y justificar un cambio en una situación que no conocemos inicialmente pero que ya nos van contando: Dos amigas casadas con unos hermanos, una de ellas -ya madre- accede a ser ‘madre subrogada’ de la otra para que puedan tener hijos. Pero en el terremoto una ve su suerte hundirse mientras que la de la otra está en las nubes. Esto hace más no tanto por sacudir las cosas -que también- como para que ambas se den cuenta de cosas que parecían estar ahí pero habían decidido ignorar. Y es, por supuesto, con una sensación ominosa como se cuentan. Porque los cambios que vienen parecen tan centrados en este ahora como en todo lo que llevan juntas y, por supuesto, en algún tipo de suceso del pasado común. Y lo hacen, tanto en el guión como en la actuación, con más oficio que talento, sin destacar, pero permitiendo una historia de esas que puedes tener de fondo durante la tarde de un fin de semana.

Para ver el trailer hay que ir aquí que es una decisión, sin duda.
Supongo que lo más importante de Gurimu Kumikyoku (O) (JP), o グリム組曲 o Gurimu Kumikyoku o Las Variaciones Grimm o como hayan querido llamarlo, son lo que ha pasado fuera, lo que pasa dentro, y cómo interaccionan. Lo que ha pasado fuera es una especie de historia extraña: Wit Studios, o George Wada, juntaron a Netflix para emitir la serie, a Michiko Yokote para escribirla y a las CLAMP para diseñar los personajes, con la idea de coger los cuentos clásicos de los Grimm y darles un giro que, al menos en este primer capítulo, mueve hacia el thriller o el terror. ¿Qué os voy a contar? Lo de convertir cuentos clásicos en versiones terroríficas tiene ya toda una historia detrás. Y visto ya lo de fuera y las relaciones con los de dentro supongo que toca comentar la serie en si. Que no deja de ser -en su piloto- una bastante peculiar aunque mínimamente divertida versión de la Cenicienta en la que la forma de comportarse de la susodicha es realmente lo más peculiar, mientras que el resto de situaciones… bueno. Además de eso diremos que las CLAMP han hecho el diseño de personajes (de algunos personajes, sospecho) pero ya. La animación es… en el mejor de los casos rudimentaria. Los guiones están cogidos con pinzas. Todo lo cual me lleva a pensar que ha sido un golpe genial. Tienen un nombre bien conocido de reclamo para pillar a Netflix y tienen a Netflix para darle relevancia. Que la serie en sí sea una chorradita que podría haberse resuelto en un par de páginas por las propias CLAMP con bastante más talento solo demuestra que, a veces, lo importante para hacer negocios es querer hacerlos. Porque como serie esto no tiene mucho interés, pero como negocio… les ha quedado niquelado.

El otro día teníamos la magnífica Dinosaur, con un piloto de hace años que por fin se convertía en serie, esta semana tenemos Mammoth (UK). Que repite el juego de lo del piloto de hace años. Pero con menos… de todo. La decisión de sacar a un profesor congelado en los años setenta y revivido ahora y centrar el humor en esa diferencia entre lo que era ‘normal’ en 1979 y lo que pasa en 2024 es… bueno… siendo amables diremos que no tiene demasiado recorrido. Como, además, lo hemos visto mil veces y tampoco es que aquí parezcan tener nada mucho mejor que aportar… pues en fin. Supongo que las decisiones de la BBC funcionan también así.

Entiendo las ganas de hacer una serie como  La Partitura Secreta (O) (MX) para acabar haciendo exactamente la misma serie que uno podría esperar de Disney. Vale, el punto de partida es básicamente El Capitán Planeta pero sin ecologismo: Un grupo de chavales se encuentra con algo que les da poderes, cada uno distinto, cada uno con su marca. Todos ellos parecen tener un destino común o algo así. Además hay malos malosos -claro- que conspiran para hacerse con el poder. Como esto es Disney pasa dentro de una Academia de Música. Como es Disney, además, lo hacen con un estilo más cercano a una sitcom que a algo de acción, drama o aventura. Con momentos absolutamente bochornosos de personas poniendo los ojos bizcos y desmayándose. Es de esperar -yo espero- que esta especie de Super-Músicos de Bremen acaben teniendo que conjugar sus dos facetas mientras investigan el secreto detrás de estos poderes que, sin duda, estará oculto en la propia academia. Que aquí más que Dark es un tanto tontorrona. Pero bueno, imagino que algún público tendrá porque en Disney Channel probablemente lo hubiera tenido.

Es curiosa esta The Spiderwick Chronicles (USA). Está claro que alguien se ha leído los libros. Casi tanto como que ha decidido no hacerle mucho caso. Porque decidir pasar -al menos un mucho mayor peso- el protagonismo al villano -interpretado por Christian Slater, que supongo que es lo que hace que esto pase- y cambiar varias de las cosas de los protagonistas… bueno. Son decisiones. Que podrían tener un motivo razonable si se nos hiciera ver así, pero que frente al naturalismo con el que se nos muestran otros asuntos casi parece una decisión bien porque la idea original se acercara y alguien decidiera evitarse problemas, bien porque alguien pensara que una serie de libros de la primera mitad de los dosmiles que tuvieron una suerte de metacontinuación y una película adaptándola de alguna manera también ya para finales de esa década, podría tener algún tipo de efecto llamada. Lo cierto es que es difícil saber por qué Disney renunció a seguir con la producción -está lejos de ser peor o mejor que otras cosas, como su Percy Jackson, por ejemplo-  o cómo acabó en Roku -aunque es cierto que Roku se está convirtiendo estos últimos años en campeón mundial de los fichajes por rebote- pero aquí estamos. Podría ser peor… Podría ser mejor.. Es.

Empezaré diciendo que The Sympathizer (USA) me parece un gran libro, y no esperaba yo mucho de su adaptación. Estaba equivocado, claramente. No solo me parece que hace un trabajo impresionante como adaptación, también para transmitir esa forma de contar una historia y de gestionar tanto los ‘cómos’ como los ‘porqués’. Lo hace de una manera tan brillante que los dos peros que le puedo poner no solo son menores, además el primero -esa sensación de cuando en cuando de estar regodeándose en ser ‘televisión de culto’, ‘televisión elevada’, ‘televisión para ganar premios’- es casi inevitable y el segundo -un Robert Downey Jr. tan a tope con su trabajo que casi parece la parodia que interpretaba en Tropic Thunder y que demasiadas veces distrae del resto- supongo que es testigo de cómo ha decidido implicarse y tirar de una obra, supongo -de nuevo- que pensando que sin un ‘gran nombre’ iba a pasar desaparecida. Y sería una pena, porque no estoy muy seguro de que vaya a gustar a todo el mundo, pero sí que creo que es un hallazgo que puede servir para demostrar mucho de lo que puede hacerse en televisión.

Este paso del auge del True Crime al auge de las adaptaciones más o menos afortunadas/ cercanas/ fiables del True Crime está tan cerca de dar la vuelta y regresar a las miniseries Basadas en Hecho Reales que cualquier día nos encontramos allí de nuevo. De momento este Under the Bridge (USA) es un paso decidido en esa dirección, porque ni lo que cuenta tiene mucho interés, ni el suceso es realmente notable, ni los actores hacen más allá de lo correcto por mucho ‘pensábamos que se iba a llevar el ÓscarTM pero no’ que tengan entre sus filas. Hablaba antes de que la serie neozelandesa se había fijado muy claramente en las inglesas para lo que estaban haciendo, en este caso está claro que saben lo que son pero no se preocupan en imitarlas. Todo lo que recuerda a ellas parece más propio de algún producto lateral que a algo propio. Incluyendo el punto de partida sobre algo así como unos chavales influidos por el ‘gangsta’ y decididos a ejercer su posición teórica o yo qué sé sobre una compañera que está en una situación peor que la de ellos, como si esos ‘malvados jóvenes con su peligrosa música’ fueran algún tipo de salvajes dentro de la sociedad. En fin, un desastre.


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